El agua es un preciado recurso en todas partes, pero su importancia se magnifica en el clima desértico de Nuevo México. A continuación presentamos cinco datos esenciales sobre el agua que todo nuevomexicano debe conocer:
1. Toda nuestra agua proviene de la lluvia y la nieve. Luego, la mayor parte se evapora…
Todas nuestras fuentes de agua empiezan como precipitación (lluvia y nieve). Cuando llueve o nieva en Nuevo México, más del 96% de esa agua regresa a la atmósfera*. Solo un estimado 1,6% de esas aguas llegan a reponer los ríos y arroyos por medio de escorrentía, y el 1,8% regresa al agua subterránea. Esto significa que las fuentes de agua superficiales y subterráneas de Nuevo México pueden tardar mucho tiempo en reponerse después que se utilizan.
*El 17,7% se evapora y el 78,9% es utilizado y expulsado hacia la atmósfera por las plantas (conocido científicamente como transpiración). Juntos, estos se llaman “evapotranspiración“. 
Dunbar, Nelia Walker, et al. Climate change in New Mexico over the next 50 years: Impacts on water resources. New Mexico Bureau of Geology and Mineral Resources, 2022.
2. Nuestro futuro se ve más caluroso y, por lo tanto, más seco. Mucho más seco.
Se predice que los suministros de agua en Nuevo México disminuirán en un 25-30% (y posiblemente más) en las próximas décadas. Esta predicción se debe principalmente al aumento de las temperaturas (en lugar de las tendencias de precipitación, más sobre eso a continuación…). El incremento de temperaturas promedio causarán un mayor nivel de evaporación de las aguas superficiales, inferiores niveles de humedad del suelo, capas de nieve más delgadas y un derretimiento prematuro en primavera.
3. Nunca se sabe cuánta lluvia y nevada tendremos.
A diferencia de la temperatura, la lluvia en Nuevo México es impredecible. De los últimos cien años, algunos han sido buenos, otros no, uno nunca sabe qué esperar. Sin un aumento claro en la precipitación, las condiciones más cálidas llevan a los científicos a proyecciones seguras de un Nuevo México más seco en las próximas décadas.
4. Nuevo México tendrá menos agua.
Mientras más suben las temperaturas, más agua se evapora. Esto es una gran preocupación cuando consideramos los embalses en los que muchas ciudades, pueblos, ríos e industrias confían. A medida que aumentan las temperaturas promedio, la evaporación se acelera y cientos de miles de galones adicionales regresan a la atmósfera para convertirse en nubes y luego en lluvia para que el ciclo continúe.
Un ejemplo: se proyecta que la evaporación del embalse Elephant Butte aumentará a una tasa de aproximadamente 8 pulgadas por año por cada aumento de 1.8° Fahrenheit (o 1° C) en la temperatura máxima diaria promedio de cada año. Cuando proyectamos hacia adelante, dentro de 50 años se espera que Nuevo México sea de 5°F a 7°F más cálido en promedio, lo que sugiere que perderemos más de 2 pies (o 0,6 metros) adicionales de agua anualmente por medio de la evaporación.
Credit: Great Timelapser
5. Todos necesitamos consumir menos para mantener el equilibrio.
¿Qué significa todo esto? En los próximos 50 años, es muy seguro que el clima de Nuevo México será más cálido y probablemente más seco que en cualquier momento previamente en la historia de la humanidad. Por lo tanto, ya sea cuando abramos un grifo o regamos los cultivos, todos necesitamos usar menos agua para mantener el equilibrio. También necesitamos planificar con anticipación, lo cual Nuevo México busca lograr actualmente a través de la Ley de Planificación de Seguridad Hídrica de 2023. Esto no se trata de esfuerzo individual solamente, sino del poder y la planificación comunitaria.
Si deseas tomar medidas en su comunidad, visita la página “Participa”
para vincularte con los esfuerzos de planificación de agua en Nuevo México.