Los límites son fundamentales, especialmente cuando se trata del agua en Nuevo México.
El agua es esencial para las comunidades de Nuevo México, pero estamos enfrentando un futuro con menos agua. Esto significa que la vitalidad de nuestras ciudades, pueblos, agricultura y ecosistemas dependen de nuestra capacidad de planificar y tomar medidas inmediatas. ¿Pero cómo ponemos esto en práctica? ¿Cómo realizamos una planificación hídrica? ¿Quién decide qué infraestructura se debe construir o reparar? ¿Y cómo se financian esos proyectos?
Estas son preguntas realmente importantes (e incluso vitales), y con la ayuda de Angela Bordegaray, una experta en la planificación hídrica y nativa de Nuevo México con más de 20 años de experiencia en sistemas de agua en el desierto, estamos aquí para encajar ciertas piezas de este rompecabezas.
Dónde comienza la planificación hídrica y los proyectos de infraestructura: regiones de agua
Los recursos hídricos varían mucho en un estado tan grande y diverso como Nuevo México. Lo que funciona en el suroeste árido no es lo mismo que en el noreste montañoso o en tierras tribales soberanas. Por eso, la planificación del agua y los proyectos de infraestructura en Nuevo México deben comenzar bajo tierra. Dicha planificación proviene de cada comunidad, y se lleva a cabo a través de las 16 regiones hídricas de Nuevo México (que pronto cambiarán, pero esto lo examinamos más adelante).
Angela recomienda imaginar las regiones de agua como mini-gobiernos; a menudo están compuestas por una mezcla de funcionarios electos y líderes comunitarios (o de zonas hídricas) que trabajan juntos para tomar decisiones que impactan directamente a las personas y comunidades en dicho terreno. Angela explica: "Las regiones son los guías... crean el plan, toman decisiones sobre lo que se necesita, y buscan y reciben financiamiento para proyectos que ayuden a satisfacer esas necesidades".
Las 16 regiones de Nuevo México se trazaron hace décadas. Son definidas en el mayor de los casos según las fronteras políticas (condados, ciudades, etc.) o cuencas y ríos. Las fronteras políticas son útiles en cuanto se trata de financiamiento de proyectos, ya que facilitan el uso de fondos federales y estatales para proyectos hídricos localizados. Las cuencas y los ríos, por otro lado, forman límites intuitivos basados en recursos naturales.
Al describir las regiones hídricas hoy en día, Angela recalca: "No hay respuesta correcta sobre cómo se deben trazar las regiones y límites de agua". Como cualquier mapa, nunca coincidirá con el territorio, y cuando se trata de agua, no solo hay consideraciones políticas y de recursos naturales, sino también dimensiones culturales. Angela enfatizó: "La cultura desempeña un papel significativo en la gestión del agua, especialmente en Nuevo México, donde diversas partes interesadas tienen una influencia significativa". Una región hídrica eficaz debe tener en cuenta los valores, normas y tradiciones de las comunidades que representan, junto con factores políticos e hidrológicos.
Entonces, ¿qué sigue para las regiones de Nuevo México?
Si bien una región hídrica nunca puede trazarse perfectamente, tenemos una oportunidad este año para revisar los límites regionales y definir las reglas y pautas que en el futuro regirán los esfuerzos de planificación hídrica regional de Nuevo México. Este importante proceso está ocurriendo a través de la implementación de la Ley de Planificación de Seguridad Hídrica por parte de la Comisión de Corrientes Interestatales (Interstate Stream Commission). La participación pública forma parte integra.
Así que, si te estás preguntando quién decide el futuro de la infraestructura hídrica de Nuevo México, la respuesta comienza contigo. Tu participación en las juntas públicas esta primavera y verano ayudará a actualizar los límites regionales, reglas y pautas, lo cual tendrá implicaciones para el futuro sobre la planificación hídrica regional de Nuevo México durante los próximos años.
Ahora es el momento de involucrarse y expresar lo que es importante para ti.