‘GOTAS DE AGUA ANDANTES’: Una entrevista con Phoebe Suina

El rol de la ciencia, la cultura y la comunidad para detener la crisis hídrica en Nuevo México

Como cualquier científico apasionado, la ingeniera hidráulica Phoebe Suina no puede evitar llevarse su trabajo a casa. En las nubes tormentosas, ella ve ecuaciones diferenciales. En los senderos de llanuras aluviales, se obsesiona estimando los coeficientes de rugosidad.

“Pienso en agua”, dice Suina. “Veo agua en todas partes. Miro a las personas y pienso, oh, por ahí andan un montón de gotas enormes de agua”. (Después de todo, nuestros cuerpos son 60 por ciento agua).

Pero aquí en el árido Nuevo México, donde el cambio climático y la disminución de los recursos hídricos están desestabilizando nuestros ciclos hidrológicos, incluso Suina dice que se necesitará más que modelos matemáticos y políticas inteligentes para corregir nuestro rumbo. Evitar una escasez de agua requerirá un esfuerzo de todos nosotros y de muchas soluciones creativas.

TODOS MANOS A LA OBRA

Suina es una ingeniera formada en Dartmouth College, Comisionada de Corrientes Interestatales de Nuevo México y propietaria de la firma de consultoría ambiental High Water Mark, LLC. También es miembro de los Pueblos de Cochiti y San Felipe. Así que para ella, el equilibrio en la naturaleza es un imperativo cultural transmitido por sus ancestros.

En cierto modo, la historia de la planificación hídrica en Nuevo México es una historia de exclusión, dice Suina. La inclusión de todos, especialmente los representantes de comunidades cuyas raíces en Nuevo México se extienden varios milenios atrás, enriquecerá mucho la conversación.

En su negocio de consultoría, Suina recurre tanto a su formación científica como a la sabiduría de su comunidad para resolver problemas. Ella y sus colegas pueden pasar horas construyendo modelos complejos, pero Suina también suele observar el cielo para analizar los patrones de nubes y la densidad de la lluvia, comunicarse con los ancianos y sentir el suelo para medir los niveles de humedad. Sus modelos son más robustos, dice, gracias al conocimiento cultural y la intuición duramente ganada.

“El modelo dentro de mi mente no se puede someter a una revisión por pares científicos”, dice. “Pero aún así tiene datos y suposiciones esenciales, y puntos de datos, y estos puntos de datos han sido recopilados durante miles de años”.

‘SE SUPONE QUE ES DIFÍCIL’

Los antepasados de Suina, los Ancestrales Pueblo, han vivido en la región de las Cuatro Esquinas durante miles de años, y han pasado por sequías e inundaciones, tiempos de escasez y abundancia. Su persistencia dentro del péndulo oscilante de la naturaleza enseñó a los ancestros de Suina lecciones de gratitud y humildad.

Vivir en el alto desierto “se supone que es difícil”, dice Suina. “Pero eso está bien porque nos enseña a no dar las cosas por sentadas y a recordar siempre estar en ese equilibrio”.

Hoy, gracias al cambio climático y décadas de consumo excesivo, el sistema hidrológico de Nuevo México está desequilibrado. Los científicos predicen una escasez de agua de 750,000 acres-pies dentro de los próximos 50 años. Eso es suficiente agua para llenar alrededor de 6 mil millones de bañeras.

Suina y sus colegas han estado “sonando la alarma”, dice. Aun así, a veces se siente invisible.

“¿Qué necesito hacer?” preguntó. “¿Necesito montarme en una mesa, prenderme fuego al pelo? Eso es lo que está pasando ahora con el cambio climático. La Madre Tierra está encima de la mesa, prendiéndose fuego”

EL PODER DE LAS ‘GOTAS DE AGUA ANDANTES’

La ciencia puede empoderar a los formuladores de políticas dándoles razones justificativas para hacer cambios radicales. Pero para Suina, lo que finalmente sanará la tierra es el poder de la comunidad.

Como “gotas de agua andantes”, las personas forman parte de nuestro sistema hidrológico, dice Suina. Y así como un aguacero inunda un río, un cambio colectivo en el comportamiento puede transformar y darle forma al futuro.

Incluso pequeños cambios, como cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes, tomar duchas más cortas o regar las plantas en las primeras horas de la mañana en vez de al mediodía, pueden ayudar a restaurar el equilibrio, siempre y cuando los emprendamos juntos.

“Si no participan todas las gotas de agua juntas, nada cambiará”, dice Suina. “Se trata de aceptar nuestra responsabilidad y reconocer que cada uno de nosotros podemos contribuir una gota de agua para lograr ese cambio”.

¿Estás listo(a) para contribuir con tu gota de agua? Acompaña a Phoebe Suina y a tus compañeros nuevomexicanos mientras planificamos el futuro del uso del agua en nuestro estado.